Notas


El valor de la filosofía

Por: Diego Rincon

(Pic by MacGBeing. Whitehall, Dublin - Irland) 

Cuando Sócrates estaba a punto de ser condenado a muerte, se levantó y ante el tribunal ateniense exclamo: “una vida sin examen no merece ser vivida”. Estas palabras socráticas, que en su momento eran consideradas un delito por la justicia de la antigua Atenas; por promover la libertad de pensamiento, se refieren a una vida en la que no buscamos las ideas que están detrás de las apariencias de todos los días. 

No obstante, para justicia de la racionalidad y el pensamiento, aquello que en la antigua Atenas era un delito, siglos más tarde será una moral e incluso una ética “natural”. Y quien más para defender tal injusticia contra Sócrates, que la filosofía. Pues, esta se encarga de hacer un examen a la vida, una actitud cuasi poeta; sin embargo, es importante también un examen del conocimiento humano. Así pues, hay que untarnos de filosofía, y como diría el filosofo Bertrand Russell “el hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común[1]. Y dichos prejuicios –diremos- son las apariencias de todos los días. Aquel hombre prisionero de los prejuicios, sin examen a la vida, percibe el mundo como un sistema definido y obvio; y los objetos que siente habituales no le suscitan ningún problema, ni le atisba la más mínima posibilidad de ampliar el conocimiento.

Estudiar filosofía nos pone, por el contrario, en una posición de incertidumbre, de tal manera que los objetos más ordinarios (apariencias de cada día) nos conducen a problemas que se vuelven el centro de la reflexión filosófica.De este modo, la filosofía es el arte por excelencia que saca al hombre del pensamiento ordinario, del conocimiento ordinario, de la conciencia ordinaria, de la vida ordinaria.  

En virtud de esto, y puesto que la filosofía plantea problemas que –dirán muchos- no logra resolver, no obstante, los problemas que plantea trae consigo tanto valor, pues al sacarnos de la vida ordinaria nos damos cuenta del valor de la filosofía; así, dice Russell “estos problemas amplían nuestra concepción de lo posible, enriquecen nuestra imaginación intelectual y disminuyen la seguridad dogmatica que cierra al espíritu a la investigación; pero, ante todo, porque por la grandeza del universo que la filosofía contempla, el espíritu se hace cada vez más grande, y al ser capaz de la unión con el universo que constituyen su propio bien”[2]        


[1] RUSSEL, Bertrand. (1953) los problemas de la filosofía. Editorial: fondo de cultura económica. Pág.182
[2] Ibíd. 187


La filosofía como provocación

Una aproximación a ¿Qué es la filosofía? Según Diógenes de Sinope

Por: Alejandro Zamudio 

(Imagen tomada de: Conciencia animal) 

La filosofía más que una actividad que moldee el pensamiento, y que estudie todo producto que de él surge (códigos, normas, conceptos, leyes, etc.) ha de ser una actividad que despierte nuestra consciencia; que la incite a descubrir el sentido de la existencia, y de todos los componentes que la atan a una sociedad. La filosofía desde este aspecto nos ha de provocar. Provocar constantemente la reflexión sobre las dificultades a las que la vida en sociedad a veces nos arrastra. 

La provocación ha de ser la herramienta fundamental de la filosofía. Para esto me refugio en las palabras de Diógenes de Sinope –cierta persona le reprocho a Diógenes su papel en la polis- “Diógenes te  dedicas a la filosofía y nada sabes”, Diógenes le respondió: “Aspiro a saber, y eso es justamente la filosofía”[1]. Es decir, la filosofía ha de provocar nuestra indignación a no saber nada, un poco al modo socrático, a reconocer nuestra ignorancia. Cuando esto pasa, cuando estamos indignados, de alguna manera viene el sentimiento de aspiración; una aspiración a el conocimiento de las cosas perdidas, del sentido olvidado, y  la admiración por las cosas “efímeras”. Esto nos ha de ofrecer según Diógenes “Como mínimo, estar preparado para cualquier contingencia”[2]. 

La filosofía nos ha de salvar del amañamiento en las explicaciones, de las ideologías, de las instituciones. Cuando se encuentra la filosofía se desaparecen las jorobas, dejamos de ser camellos. Esto en anécdotas de Diógenes ha de ser, “En otra ocasión Diógenes gritó: ¡Hombres a mí! Al acudir una gran multitud les despachó golpeándolos con el bastón: “Hombres he dicho, no basura”[3]. 

Lo anterior nos nuestra en primera instancia, que el sabio de Sinope, no se contento con las explicaciones de la polis ni de los grandes maestros (filósofos) que de ella florecían. En segunda instancia, que la filosofía fue la provocadora de descontento de este sabio, “Ciudadano del mundo” de ese mundo aparente. 

Su postura fue la de "ladrar a los poderosos, morder a los importantes y no reconocer más autoridad que la naturaleza".
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[1] LIBRO VI (Escuela cínica) La "Vida de los filósofos más ilustres" de Diógenes Laercio. Edición en castellano de D. José Ortiz y Sanz.
[2] LIBRO VI (Escuela cínica), pág. 351
[3] Pág. 322.

¿Qué es Filosofía?

Por: Johan Molina Cepeda

(Art by Tang Yau Hoon)

Hace ya algún tiempo que vengo dandole patadas y cabezasos a una pelota sin forma. Una esfera, por así decirlo, inmaterial pero con contenido. Luego de tantos tropiezos, errores y uno que otro acierto, la verdad es que el objeto de mi pensamiento carece -desde mi punto de vista- de una definición que le haga medianamente mérito. Así pues, si consultamos en el diccionario de la Real Academia Española para tomar un referente del concepto de Filosofía, nos encontraremos con algo por este estilo: "Filosofía. (Del lat. philosophĭa, y este del gr. φιλοσοφία). f. Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano."*

Ahora bien, por una parte es válido que entendamos por Filosofía el estudio crítico del pensamiento, del código bajo el cual este opera (lenguaje) y del resultado que su ejercicio produce (conocimiento). Pero la Filosofía también es mucho más que eso. Es una búsqueda de relaciones, disyunciones y convergencias: una comunión de perspectivas. A veces se manifiesta como una sutil provocación de despertar de conciencia; aquel impulso innato por descubrir el sentido de lo que nos rodea, de lo que nos compone

Se eleva muy por encima de todas las ilusiones y delirios para emanar desde el mismo fondo de nuestro ser, a través de la capacidad humana de admiración ante la majestuocidad del universo.**

La Filosofía va, inclusive, más allá. Ella es, ante todo, una AVENTURA.***
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DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Vigésima segunda edición. En: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=cultura
**Veáse en: 
Aristóteles, Metafísica,  L. I., Cap. 2, 982b 11-22, 983a 15. 
***"La ciencia será siempre una búsqueda,  jamás un descubrimiento real. Es un viaje, nunca una llegada." KARL POPPER.

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